Impulsar la instalación de rociadores en viviendas. Ese es el mensaje principal de la iniciativa que ponen en marcha la European Fire Sprinkler Network (EFSN) y la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB). Y es que, aunque la presencia de estos dispositivos en actividades comerciales, empresariales o de servicios se ha estandarizado en los últimos años gracias a la probada eficacia de estos sistemas y al esfuerzo iniciado en 2002 de la mano del Foro Europeo de Rociadores Automáticos, ahora se quiere concienciar de la importancia que tienen estos dispositivos en edificaciones residenciales.
Para llevar a cabo esta campaña, ESFN ha querido contar con APTB para que el mensaje llegue tanto a particulares como a todo tipo de entidades públicas y privadas. El principal objetivo es que se instalen estos elementos en nuevas construcciones, pero también que se cuente con ellos en las reformas realizadas en las ya existentes, dado que la normativa actual no exige la presencia de estos dispositivos en viviendas privadas, así como en zonas de paso, salvo cuando el edificio supera los 80 metros de altura de evacuación.
Los rociadores salvan vidas
A través de distintas iniciativas que arrancarán este mes de enero con un vídeo informativo y una webinar técnica prevista para el próximo día 25, tanto EFSN como APTB quieren hacer accesible a todo el público, de forma gratuita, las ventajas que implica la instalación de rociadores cuyo principal objetivo es salvar vidas.
Los estudios demuestran que la presencia de estos dispositivos sirve para, nada más producirse el foco de un incendio, atacar las llamas de forma direccional, pudiéndose aprovechar además, según la altura del edificio, la instalación presente destinada al suministro de agua. Además, tanto la presión como el caudal usado sirven para reducir considerablemente el consumo de agua en las labores de extinción, por lo que repercute muy positivamente en la protección del medio ambiente.
Los datos de la ESFN indican que los daños por fuego causan cada año unos 4.000 fallecidos y más de 100.000 heridos en toda Europa. Las ciudades que han instalado rociadores automáticos a gran escala han visto cómo los fallecidos por incendio han disminuido considerablemente y los daños materiales se han visto reducidos en más de un 80%.
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