El Instituto de Prevención de Riesgos Laborales ha emitido un informe al Juzgado de Instrucción 2 sobre los fallos habidos en el incendio que el pasado 7 de abril arrasó el edificio de Uría, 58 y afectó al 25 de Melquíades Álvarez, informa el diario El Comercio en su página web, www.elcomercio.es. El suceso terminó en tragedia cuando el inmueble colapsó y cayeron al vacío dos bomberos que se encontraban en la cornisa: Eloy Palacio, de 55 años, falleció, y Juan Carlos Fernández Granda, 'Cuni', de 35 años, sobrevivió a la caída.
La Inspección de Trabajo describe, en su informe, varios fallos en las comunicaciones, en el brazo articulado y también destaca la escasez de agua, pero no las considera «como causas» del accidente. «La explicación de la enorme dimensión que alcanzó el incendio puede venir dada porque la estructura del edificio de Uría era de madera y/o debido a que al lugar no se acudió en los primeros estadios del incendio, sino que había pasado tiempo desde que se originó. Cuando el primer dispositivo llegó al lugar, el fuego se encontraba ya bastante extendido», destaca El Comercio en su información.
Lo que sí deja claro es que aunque Eloy Palacio y Juan Carlos Fernández, cuando bajaron a la cornisa, antes de sucumbir, hubieran dispuesto del equipo anticaídas anclado a la cesta del brazo articulado, su suerte hubiera sido prácticamente la misma. Aunque «es verdad que hubiese retenido la caída, el hecho de precipitarse hacia el interior del edificio junto con gran cantidad de material es muy probable que hubiera descendido la posibilidad de aminorar la gravedad de las lesiones sufridas por ambos trabajadores».
Ambos bomberos «tomaron conjuntamente la decisión de salir de la cesta (el bombero herido reconoció no haber recibido en ningún momento orden de los mandos de descender de la misma) y si decidieron hacerlo es porque no previeron en ningún momento que la estructura estaba tan debilitada que el riesgo de colapso podía ser inminente».
Para la elaboración de este informe, el Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales mantuvo entrevistas con 'Cuni', y con nueve testigos del accidente, entre ellos el jefe de Bomberos, José Manuel Torres. Del intendente solamente dice que los primeros momentos del incendio fue él quien subió con el bombero herido a la cesta, pero «en un momento dado» Torres descendió «para coordinar las actuaciones». Es lo único que se dice de él, según El Comercio.
Eloy Palacio le tomó el relevo en la plataforma junto a 'Cuni'. Tenían la instrucción, recoge el informe, de refrigerar la fachada e impedir la propagación de las llamas a los edificios colindantes. «Quedaron sin agua en poco tiempo». «En una de esas ocasiones en la que quedaron sin abastecimiento de agua, empezaron a percibir fallos en el brazo articulado, que hacían difícil el control del mismo». Los sensores de aproximación «no funcionaban correctamente, empezaron a sonar alarmas y, lo que era más peligroso, a dar fuertes sacudidas». Hasta entonces habían estado trabajando sin sujeción, pero al notar los bandazos anclaron el equipo anticaídas.
Cuando el fuego parecía que amainaba, 'Cuni' salió de la cesta a la cornisa para retirar tejas e impedir que cayeran a las calle. Seguía sujeto. Después, «descendieron del brazo articulado para reemplazar las botellas de oxígeno y descansar». Y volvieron a subir. Fue cuando, prosigue el informe, se percataron de que se quemaban unos archivadores en el bajocubierta. «Estaban en un ángulo muerto para ellos, así que ambos decidieron salir de la cesta para, desplazándose a través del forjado de la última planta, alcanzarlos y proceder a su extinción». La instrucción que tenían, según el bombero herido, «era no dejar de echar agua e impedir su propagación», aunque los entrevistados coinciden en se ordenó «a viva voz y a través de la emisora» que el fuego se atacara desde el exterior. Sobre las cuatro de la tarde, Palacio y 'Cuni' decidieron conjuntamente salir de la plataforma, «se soltaron el arnés anticaídas» y fue cuando el edificio colapsó y les arrastró desde una altura de 18 metros. Palacio falleció.
Entre los agentes entrevistados, uno de los supervisores jefes, que acudió al incendio sobre las 14.50 horas para ayudar, aseguró que «la información que se le dio al llegar fue clara y concisa», y recalcó que «el dispositivo estaba correctamente supervisado, organizado y coordinado». En lo que coinciden todos los testigos es que «el sistema de comunicación de radio del que disponen falla con bastante frecuencia (ese día también) y que el brazo articulado da fallos frecuentes en cuanto a su gobierno, perdiendo el control del mismo».
También están de acuerdo en que una vez dada la orden de abandonar el edificio de Uría, la instrucción fue: «Ataque exterior y evitar la propagación a los edificio colindantes». Algo que intentaron en todo momento Palacio y 'Cuni'. Este último, según un informe sobre el accidente en este caso de la Oficina de Prevención de Riesgos Laborales municipal, remarcó que «no habría recibido en ningún momento la orden de los mandos de descender de la cesta», pero tampoco escuchó «directamente de sus mandos directos la orden concreta de no abandonar la cesta», sin perjuicio de que este mandato fuera transmitido al bombero fallecido, Eloy Palacio.
Foto: El Comercio