La mayor saga tinerfeña de #bomberos

La mayor saga tinerfeña de #bomberos

 

Son cuatro hermanos: Manuel, Sergio, Oliver y Rayco González de León, y se da la curiosa circunstancia de que todos se dedican a la misma profesión: bombero. Son naturales del barrio más típico de Puerto de la Cruz, La Ranilla. El mayor, Manuel, de 42 años, es bombero del aeropuerto Tenerife Sur. Su hermano Sergio, de 40, es miembro del Consorcio de bomberos de Tenerife y tiene plaza en La Orotava, donde comparte el tiempo con su otro hermano, Oliver, de 39. El benjamín de la familia, Rayco, de 34, hace apenas dos meses que ganó su plaza y se encuentra de prácticas como bombero del aeropuerto de La Palma.

"¿Que de dónde nos viene esta vocación?", se pregunta Manuel. "Pues todo se lo debemos a mi padre, Manuel Trespelos, como le llamaban. Era profesor de salvamento acuático en la piscina municipal de Puerto de la Cruz y desde los años 70 hasta los 90 enseñó a nadar prácticamente a todos los niños del Valle de La Orotava", cuenta con nostalgia el primogénito de los González de León.

Anécdotas

"Recuerdo cómo a mi padre lo llamaba muchas veces la Guardia Civil para que acudiese a sacar a personas, en muchos casos, niños que perdían la vida ahogados en estanques y charcas del norte de la Isla. Mi padre impartió durante muchos años formación a guardias civiles y policías de salvamento y socorrismo. Falleció el 29 de abril del año pasado", narra Manuel González a www.laopinion.es.

"Una de las primeras anécdotas siendo unos adolescentes sucedió cuando estábamos en Playa Jardín y a un niño de tres años se lo llevó la corriente. Mis hermanos y yo nos lanzamos a su rescate con un mar endiablado y tuvimos verdaderas dificultades, no solo para sacarlo, sino para poder entrar nosotros en la playa. Tengo en la retina la imagen de la madre llorando por aquel niño, que al final falleció, y mi padre desde la orilla tirando de los cabos, para que el mar no nos engullese. Todos los hermanos antes de ser bomberos obtuvimos el título de socorrista".

Oliver fue el primero que se presentó a la oposición y, tras aprobar, fue destinado al parque de La Orotava. Lleva trabajando en esto 17 años. Sergio siguió los pasos de su hermano meses después. Previamente estuvo en el aeropuerto Tenerife Sur y tras ganar la plaza fue destinado también a La Orotava. Tres años después Manuel probó en esta profesión y se quedó como bombero de Aeropuertos y Navegación Aérea (AENA), en el aeródromo Reina Sofía.

El más pequeño

El más pequeño, Rayco, apenas lleva dos meses como bombero y está en prácticas en el aeropuerto de La Palma. "Con esta profesión se culmina de uno mis sueños, en los que he estado varios años tratando de conseguirlo. El opositor a bombero sufre mucho ya que no salen todas las plazas que debieran", explica.

Sergio, destinado en La Orotava, tiene dos hijos de diez y seis años, y admiran a su padre "aunque el ruido de las sirenas es lo que más les asusta", apunta, y añade: "Cuando salgo del servicio y llego a casa no paran de preguntarme ¿papi, a cuántas personas has salvado hoy? Lo más duro y complicado que he vivido en esta profesión me ocurrió durante el trágico accidente en la galería de Piedra Cochinos, en Los Silos, donde murieron seis excursionistas y tuvimos que sacar a una veintena. Aquello me marcó muchísimo", sentencia.

Hoy, los cuatro hermanos González de León se acercarán hasta la casa de su madre con motivo de su cumpleaños para compartir con ella esas vivencias de la que consideran como la profesión más bonita del mundo y que su padre les inculcó desde la niñez.

Reportaje y foto: www.laopinión.es