Los fuegos artificiales, una de las citas estrella del programa de Fiestas de la inmensa mayoría de los municipios de España, tendrán que estar muy pendientes del viento a partir de este año.
La causa, un cambio en la normativa estatal de seguridad, que ha reducido la velocidad del viento de los 54 kilómetros por hora a los 36 km/h para permitir su lanzamiento, según el Reglamento de artículos pirotécnicos y cartuchería en el Real Decreto 989/2015, de 30 de octubre.
Esta modificación legal, que afecta a todo el territorio nacional, se certificó con su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el pasado 7 de noviembre, con la mayoría de los festejos ya celebrados, por lo que apenas afectó a las celebraciones.
Sin embargo, ya se aplica este verano y tendrá especial incidencia en los cientos de programas de fiestas que se desarrollan desde finales de agosto hasta mediados de octubre.
El problema es que las mediciones deben realizarse en el momento y lugar del lanzamiento, lo que deja un margen de tiempo muy corto para avisar al público asistente. Es decir, los responsables municipales podrían verse obligados a suspender un castillo pirotécnico con miles de personas ya esperando su comienzo.
En la mayoría de los municipios serán los Servicios de Bomberos los encargados de tomar la medición, que se trasladará a las autoridades responsables, Alcaldía en prácticamente la totalidad de los casos.
Esta medida tiene como objetivo principal la mejora de la seguridad tanto de los asistentes a los espectáculos como de las áreas urbanas y periurbanas que se encuentran más próximas a las zonas de seguridad de los lanzamientos.
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