Cinco integrantes del parque de Bomberos de Soria han dado rienda suelta a su pasión por los vehículos antiguos dando vida a una joya olvidada hace treinta y tres años. El protagonista: un Magirus-Deutz Mercurio autobomba TLF 16, que incorpora un motor diésel V6 de 7.980 centímetros cúbicos y una característica turbina de refrigeración por aire.
La historia de este antiguo vehículo bomberil se remonta a 1960, año en el que estuvo de servicio en el Ayuntamiento de Soria hasta 1993. Fue entonces cuando se trasladó a un patio y cayó en el olvido más absoluto durante quince años a la intemperie. Después se decidió su traslado a una nave, donde los ratones lo celebraron con gran alborozo hasta consumirlo por dentro.
Hace dos años, un grupo de bomberos del parque soriano decidió darle otra vida al camión autobomba que, en su día, tantos servicios aportó a la ciudadanía de Soria durante los treinta y tres años que estuvo operativo.
Restauración con pasión
Entre intervención, formación y prácticas, los cinco compañeros del servicio, todos en activo, lograron restaurar este excepcional vehículo en un año y medio. “Hemos restaurado tanto la tapicería interior como su exterior de chapa y pintura. Ha sido laborioso pero lo hemos disfrutado mucho”, comenta Antonio Alcázar Romera, bombero conductor del parque de Bomberos de Soria.
En esta tarea, el coste ha sido mínimo, señala Alcázar, pues “hemos contado con la colaboración económica del Ayuntamiento, pero la mano de obra ha sido nuestra por completo. La chapa y pintura, lo más costoso para que luciera mucho más. Su puesta en activo no ha superado los 2.000 euros”. Pero la cosa no acaba ahí y para reconocer a este vehículo todo su mérito han gestionado su catalogación como vehículo histórico, lo que es ya una realidad.
El vehículo autobomba tiene capacidad para albergar hasta siete plazas y su velocidad máxima oscila entre los 65 y 70 km/h. “Ahora le daremos un paseíto de vez en cuando y lo emplearemos en exhibiciones para lucir sus 26.000 km de urgencias y servicio ciudadano”, asegura con satisfacción este bombero-conductor que ya cuenta en su haber con la restauración de otras antiguas joyas automovilísticas que han sido rescatadas del olvido.
Una vez conseguido el reto restaurador, la primera parada fue la Cabalgata de Reyes de Soria de este año. “La acogida por parte del público fue tan buena - afirma Alcázar - que decidimos dar otro paso más para presentarlo en el reciente XVI Rally de coches antiguos Laurel de Baco”, que coincidió con la presentación de los vehículos de la XXXII Concentración. Todo un éxito y mucha satisfacción para este grupo de bomberos que ya sueñan con próximos proyectos.
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Al bombero Conrad Dietrich Magirus, de la brigada antiincendios de Ulm, en Alemania, se le ocurrió en 1864 la brillante idea de crear un dispositivo para facilitar la labor a sus compañeros de profesión: una escalera con ruedas en la parte inferior y una plataforma en la superior para llegar fácilmente al fuego en viviendas y edificios de altura considerable. El invento de este bombero alemán fue tan espectacular, que su uso se extendió a otras dotaciones, y dio nombre a estos míticos camiones. Al principio, la escalera se colocaba en el suelo, pero la idea inicial fue mejorada por otra más innovadora al colocarla en el camión y permitir que girase, para alcanzar el fuego con mayor precisión. A partir de 1872, se evolucionó un poco más hasta los camiones de bomberos tal y como los conocemos hoy.
Imagen: ICAL